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martes, 18 de enero de 2011

GULAG SPLIT VISTO POR UN (BUEN) AMIGO: LUIS ARRONTE





Sinceramente: desconozco los motivos que han llevado a los miembros de #Fo y de El Estudiante Larry a llamar a este proyecto ‘Gulag Split’. Misterio. Probablemente tenga algo que ver con los sintetizadores ateridos de frío siberiano de los primeros con tiempos castrenses; o con ese combustible y elegido sentido del humor de los segundos; o con algún contexto concreto común, o con la armónica privada de libertad de la última canción o puede que con alguna anécdota secreta que no tiene por qué salir a la luz en este texto. No hay necesidad alguna. ‘Gulag Split’ es un título sugerente por sí mismo.
Charlemos sobre ambas bandas, en pocas palabras y por separado: #Fo es un grupo murciano de rock envolvente y creativo, con seis publicaciones a sus espaldas a través del sello online CRLM Office. Les han encasillado en el shoegaze, y aunque no es mentira, no son ortodoxos. Su talento está fuera de toda duda; son arquitectos que construyen canciones como si fueran grandes y modernos templos, repletos de reverberaciones ascéticas, y en directo se encargan de derribarlos ellos mismos. ‘El ¡ definitivo’ es un ejemplo de su guitarrismo multicolor y sus sintes caleidoscópicos.
Están muy vinculados a otra banda murciana, Klaus & Kinski, porque Alex (guitarra) es miembro fundacional de ambos grupos, en este caso junto a Antonio, Alejandro y José Carlos. Y además, Marina es la responsable de la imagen gráfica de #Fo y de las voces de Klaus & Kinski. Son buenísimos desde hace mucho.
El Estudiante Larry, por su parte, es el proyecto de otro murciano Larry Sandoval, elevado a la categoría de banda junto a Víctor, Porras y Seka. Ellos tienen siete títulos en su discografía, de pop rock sin compromisos estilísticos, pero con retrato. Larry hace ese tipo de letras con facciones propias, porque es un autor que da la cara desde el principio. “Solo me falta votar a Rajoy; solo me falta dejar de ser quien soy; y hacerme mayor”. Larry es sincero y coherente, es cruel sin que nadie se dé cuenta, y es un cómplice que a veces piensa en voz alta, y piensa bien. Como banda son solemnes, determinantes, muy dinámicos, británicamente urbanos, nocturnos. Uno escucha su canción ‘Más’ y a partir del minuto 2,30 empieza a pensar en salir a la calle a buscar guerra en el buen sentido del término –y en el mal sentido a partir del minuto 3-.
Vamos a otro punto interesante de ‘Gulag Split’. Su momento. Es un split en vinilo que une a dos bandas cercanas en lo geográfico y lo espiritual, que casan perfectamente, al margen de Murcia, al margen de estilos o de su amistad, o de su aprovechamiento consciente y original de los instrumentos sintéticos, y de ser dos buenas bandas. Lo fundamental de este proyecto, lo que lo convierte en una referencia, reside en su dimensión independiente. Ambos grupos se han criado con mucho trabajo sobre maquetas, demos, grabaciones propias, radios locales. Pululan desde hace mucho tiempo por los fancines online de música, que son las fuentes anónimas más fiables hoy por hoy. Han distribuido en todo momento sus canciones por internet con toda libertad, son defensores convencidos de la filosofía Creative Commons. Los hemos visto en salas de mediano aforo (las mejores) en días extraños y por precios extraños, les hemos visto recoger sus pedales y cables después de haber sudado la camiseta o camisa. Han grabado en sus casas, han viajado en sus coches, han pegado sus carteles, lo han vivido todo en sus carnes. Son artistas, mecánicos y chóferes. En algún momento hemos conocido a alguien en algún bar remoto que también les conocía y nos hemos alegrado como quien se encontraba a un compatriota en la Patagonia: “¡Tío! ¿A que son buenos?”. Y de repente, publican un vinilo juntos con cinco canciones porque ya les ha llegado el momento de publicar algo como Dios mandaría si Dios existiese. Es decir, físico, por petición popular, y gratis en la web. No me gustaría estar exagerando, pero ‘Gulag Split’ puede ser un episodio importante, un modelo válido para la actual recuperación del Indie español, que ya se había convertido durante los primeros años del siglo XXI en una triste cantera que esperaba las migajas del mainstream y de las grandes multinacionales, olvidando el virus musical y desaprovechando la oportunidad única de internet para llegar a quien hay que llegar y punto.
Espera… Ah, claro, ‘Gulag Split’, creo que ya lo entiendo.

Luis Arronte

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